martes, 15 de diciembre de 2009

Recuperar el discurso. Apropósito de la obra de Francisco Felkar.









Por álvaro urrutia

Lo particular y enredado de la realidad que se vive y padece en la ciudad de Bahía Blanca y la zona contaminada (más que de influencia), necesita desesperadamente ser explicitada y denunciada sin descanso. No es redundar decirlo una y otra vez, sino redoblar la apuesta: no resignarse.

Explicitar lo que el poder enmascara como la regla, como lo normal es sin duda la tarea más loable del arte. Sin embargo la mayoría de los artistas, en pos de la originalidad, de lo nuevo encumbrado como valor excluyente caen en la frivolidad carente de toda fertilidad y cómplice por omisión.

La autocrítica es un deber, pocas son las voces que se levantan, y menos aún las que encaran de frente la realidad sin cómodos balbuceos y de espalda a los oídos. En esta desolada escena de la Tierra del diablo, se destaca la figura de un joven artista que desde las artes plásticas emprende el camino de recobrar la discursividad perdida. Francisco Felkar entiende, como muchos comenzamos a entenderlo, que vencer el silencio es recuperar la discursividad en nuestra voz.

Retomar el camino de la discursividad, implica desandar de la historia que nos contaron. Es romper a patadas el velo con que nos escondieron la realidad. No es tarea fácil la que emprende Felkar, ya que después de la patada a esa mentira quedan apenas pedacitos, que son un porcentaje ínfimo de los necesarios para la imprescindible reconstrucción.

No cae en la tentación de un romanticismo ingenuo. Su mirada es historicista. Revisa los fragmentos confiables y fértiles de nuestra historia: a partir de ellos es que nace su empresa. No los retoma sino para poner en movimiento símbolos y mitos, pasados y actuales, en nuestro tiempo.

De esta manera, en la serie La Tierra Del Diablo (Huecufü Mapu) pone en la tétrica escena bahiense, apadrinada por la Petroquímica, la Base y La Nueva Provincia, a San Martín descorriéndose una máscara (que me gusta imaginar de oxígeno) para decir: “Seamos libres y lo demás no importa”. También en una recreación del célebre cuadro de De la Cárcova, titulado “Sin pan, sin trabajo y sin aire”, nuestro artista utiliza, no casualmente, el esgrafiado: el raspar para hacer visible la luz. Esta técnica guarda una cierta analogía con su revisionismo histórico. Felkar nos muestra la escena bahiense como oscura, sombría, dominada por el terror y siempre sostenida (cuando no armada) por los sectores de poder que renuevan su maquillaje con el correr de las décadas.

Por otro lado la serie dedicada a Estomba, El Coronel Demóstenes, continua y acompaña aquella discusión que se inició años atrás con la muestra de Guillermo David sobre el, como mínimo, controvertido fundador de la ciudad, y que tuvo como respuesta una misa de desagravio encabezada por los sectores reaccionarios... Felkar, también, pone al desnudo al héroe mostrándolo en sus extravíos e inhumana violencia. Sobre todo lo que descubre es la mentira que sostiene al prócer. Hace una crónica de algunos de los hechos de los que se tiene conocimientos certeros, pero su rostro en ella siempre está borroso, y sus gestos casi exclusivamente son delirio, sangre y muerte. Triste destino el de Estomba, quizás premonitorio del destino de la ciudad.

Es en la serie Metamorfosis en donde nuestro artista, que reside en General Cerri, con gran genio sintetiza la trágica historia de nuestras pampas y puntualmente de esta región. Tomando prestada la discursividad de la historieta, nos muestra diferentes mitos, siempre vigentes y en movimiento, de nuestra sociedad y de las que nos antecedieron. Así nos presenta la metamorfosis del Choique huentrú (hombre trasformándose en ñandú), o la leyenda de Ombi (la mujer convirtiéndose en Ombú). Pero también nos explicita otras que nos evidencian los cambios de forma del poder que nos oprime. Es el caso, del cuadro titulado “Progreso“, en el que Felkar nos muestra en cuatro recuadros la evolución o progreso de un Rémington disparando (sinónimo del genocidio contra el pueblo mapuche), pasando por el arma inclinándose humeante hasta quedar en forma vertical siendo una chimenea contaminante de la Petroquímica. A su vez denuncia el desprecio que tenemos con nuestra tierra agobiada por indiscriminados desmontes y sequías, que sin duda son síntomas de una futura desertificación: en cinco cuadros consecutivos nos muestra una Pachamama-Ñuquemapu (madre tierra) que se metamorfosea desde un rostro con piel suave y lisa, hacia una piel resquebrajada (como las paredes de Ingeniero White) por la indiferencia.

Conocer la obra de Francisco Felkar invita a trascender el hecho artístico de su creación. Nos pone frente al movimiento ineludible en que se encuentra la realidad, obligándonos a elegir entre ser espectadores pasivos o protagonistas luchando contra la alineación.

miércoles, 11 de noviembre de 2009

dos poemas del mini librito que me publicaron los amigos de ESTO NO ES UNA REVISTA LITERARIA



*****
derrotar los ojos
que bajen que bajen
que bajen

que el empedrado
el charco
el insecto
obstaculicen su perspectiva

que esquiven
los ladridos acá no son tormentas
los borrachos son los ideólogos de las veredas

pero si mis ojos bajaron
atropellaron paragolpes
humedecieron las espinas

…mis ojos bajaron

y todo se destiñe
desaparecen colores
con un último aliento en mis manos

y yo busco
mis ojos bajaron
y bajan más

un gris yéndose en tanta luz…

pero si mis ojos bajaron
y construyeron las baldosas…

los haré estallar contra esas baldosas
en las que no corre la sangre
pero se sospecha carnes y huesos un cuerpo



*****
acá indefenso pido

que con diez clavos blancos
claven
mis diez dedos de uñas rosadas
sobre esta mesa

que revienten
mi boca
con el culo de mis brebajes

que arranquen
mis barbas
con los más falsos argumentos

solo por un día de blanco luminoso y fresco despertar
por una conversación
pero después volver
a esta noche a perforar mis ojos

martes, 27 de octubre de 2009

lunes, 19 de octubre de 2009

homenaje a Watu

A Watu

vamos muertos
nos miran
nos escondieron los ojos mojados

se detienen en nuestros pasos
les gritan
olvidan que fuimos educados por su silencio

vamos muertos
habitamos la noche
caminando por estos campos
fecundados en mil violaciones

vamos muertos
nos ocultan los cuerpos
ocultan nuestros cuerpos
los cubren con luces y perfumes

vamos muertos
nos arrugaron la historia en la jeta
nos anudaron al cuello
los recuerdos secretos
de testículos retorcidos
pezones desgarrados
madres traduciendo su desesperación en gritos
porque los hijos
se van esclavos
se van explotados
se van humillados
se van desaparecidos
se van muertos

veníamos muertos
así lo quisieron ellos
así lo quieren ellos
por eso ellos los patriotas
nos ofrecen la patria de la muerte
la patria del miedo

veníamos muertos
pero nuestros muertos
fantasmas para ellos
dioses paganos embellecidos de tan humanos
para nosotros
caminando la noche que ya no tememos
nos reviven las carnes
nos hierven los huesos
haciendo florecer
fertilidad en nuestros gestos

nuestros pedazos ya no son partes
ganan el cuerpo
veníamos muertos
ahora
se nos escapan los pies a la tierra
… veníamos muertos

ALDO NOVELLI
Proceso

Sanguinaria miniaturas de la luz eléctrica
articuladas sobre la piel,
y todo por gritar rebeldía
en años de mortal afasia.-


De “Nada que decir


Oscurantismo

hubo un tiempo
en que los pájaros dejaron de volar.

fue un tiempo feroz.

en esos días aciagos
escribí furioso
el primer poema
para el resto del mundo.

Elegía novena (dolor)

Una luz cegadora
palillo debajo de las uñas
la cabeza hundida en un tacho con agua,
otra luz
eléctrica
quemando la piel.

Levedades
comparadas con el dolor
de la traición.-

De “Demorando el ocaso


Cuatro poemas que leí el viernes pasado en la UNI en el homenaje a Watu (asesinado por las tres A, en la misma universidad del nacional del sur, con la complicidad de profesores aun en ejercicio). El primero es mío, escrito para la ocasión, y los otros tres del amigo Aldo, que por aquellos años vivió en Bahía Blanca. También, invitados por La Watu, participaron otros compañeros poetas y musicos, y además se descubrió un mural en el lugar donde cayo después de que le dispararon por la espalda a la vista de todos.
Esperamos que se haga justicia en este caso como en otros. Y que las autoridades universitarias se comprometan con esta necesidad que de los mas.

martes, 15 de septiembre de 2009

patria barrosa y tiempos secretos

por álvaro l. urrutia

No es la poesía un arte atada al éxito o fracaso que tenga entre sus contemporáneos. La reflexión y la mirada que el hombre tiene sobre su realidad, el modo en que la refleja, jamás sigue un movimiento lineal y homogéneo, sino cíclico y heterogéneo, motivado por cuestiones no siempre predecibles. Así es que existen grandes silencios como también grandes ruidos en la escena poética. Cada tiempo, necesitado de validaciones vagas o apenas aparentes, elige sus voces tanto como sus silencios. La buena poesía está obligada a trascender estas arbitrariedades. Debe atravesar la escena, dejar huellas, surcos, cicatrices… contaminarla.
La basta obra poética de Osvaldo Costiglia (nacido en 1940) viene desarrollándose con paciente continuidad desde los comienzos de los agitados setenta en la ciudad de Bahía Blanca, donde los sectores reaccionarios ganaron tanto la guerra (con las dictaduras militares) como la paz (de la mano de La Nueva Provincia), con un intervalo de diez años en Madrid (desde 1985 a 1995).
En los primeros años su poesía fue casi un secreto, casi invisible ante la emergencia de la militancia política; ahora llega a nosotros de manos del mismo Osvaldo, entre reflexiones de intelectual infatigable sobre la realidad.
Su obra, aunque relegada a un lugar casi marginal, lejos está de quedar enredada en un ensimismamiento poético corrosivo. Ella no es un bostezo entre los constantes trabajos del ingeniero químico, del intelectual, del militante, del traductor… Costiglia, en su poesía, vuelve y revuelve su propia experiencia pasada y presente; entregándonos, con tono que jamás llega a melancólico, su mirada de la realidad con mil vetas por donde se abre camino la comprensión de un contexto nunca fácil. Se decide por la profundización con el riesgo ineludible de abismarse siempre en las entrañas del lenguaje. La experiencia y el compromiso con su tiempo lo obligan a esta llevar a cabo tamaña empresa.
La poesía de Osvaldo Costiglia (con apenas un solo libro editado – Umbral del Resplandor, 2001), siempre en diálogo con compañeros, artistas e intelectuales, desde los años de intensa militancia, pasando por el teatro El Aguante (a cargo de Coco Martínez) y la Biblioteca Carlos Astrada (de Guillermo David), espera paciente, asechando la escena poética, los futuros lectores.


(publicado, junto con una selección de 19 poesías del poemario inédito de CostigliaTiempos Secretos, en el suplemento cultural Confines de la revista El extremo sur de la patagonia.)

lunes, 31 de agosto de 2009

LA HUELLA DEL DIABLO, por (el amigo) Miguel Martinez.


Álvaro Urrutia, joven poeta patagónico, desplaza sus propios sentidos, su lenguaje, sus obsesiones, a ras de una tierra desolada en la que redescubrimos el paisaje del exterminio y la aniquilación. La tierra de los excluidos, de los pueblos originarios; el destino final de los obreros patagónicos y de los torturados en la “Escuelita” de esta ciudad, durante la última dictadura.

Poeta residente en Bahía Blanca, ciudad estigmatizada por un control militar desde sus bases, y una cultura oficial organizada y manipulada desde los espacios de poder, y fomentada por los medios de comunicación.
A contrapelo camina Álvaro, diría Boccanera, como “un payador sobre cubierta…frente a la ciudad en ruinas”, desplazado por propia voluntad, hacia la periferia o hacia la soledad; donde su templada voz, pese al maltrato cotidiano, puede recuperar su tesitura, su resonancia, su insulto, su acogedor trago de vino.
Álvaro, El vasco, para los amigos, no viene de lejos, nació en el sur. Villalonga es el campo donde afiló sus primeros poemas desde pequeño, alentado por infinidad de escritores que llegaban al pueblo por aquel entonces: Jorge Spíndola, Raúl Mansilla, entre otros.
“Cobarde ese mundo hecho de palabras”, dice este poeta, estudiante de Filosofía en la UNS, quien interroga a los profesores con libros de Rodolfo Kusch y habla de su propia experiencia de viaje por los pueblos Aymaras, en la Bolivia de Evo Morales.
Reivindica, con irreverencia y sin contagio, el aliento de Bustriazo Ortiz; toma todo lo que rueda, todo lo que se mezcla y se confunde entre sus sentidos, la tierra, su organismo, el viento, la jeta de los otros, los árboles disfrazados. Su poética ya no cuenta, ni quiere contar, con las voces conciliadoras del sur, ni con este parnaso civilizatorio.
Desea para sí, para quienes lo acompañamos en este duro camino, una arboleda intacta en el corazón de nuestros queridos muertos, ese lenguaje del infierno, cargado de silencio.


la nota está entera en:


http://www.revistalamasmedula.com.ar/nro3/bahiablanca.htm


lunes, 10 de agosto de 2009

taller de poesía en el Periferico Cultural de Villa Nocito



amigos, visiten el blog
del taller de poesía infantil
que "dirigimos" con el compañero poeta Miguel Martinez
en el Periferico Cultural de Villa Nocito.


http://www.poesiaperiferico.blogspot.com



domingo, 7 de junio de 2009

a los amigos que como Cruz no pijotean garganta



*****

que el mundo no viene
no veo las pampas derramarse
sobre la ciudad sobre edificios
no veo a las mujeres
las desnudadas en mi cama
venir rodando entre tierra seca
ramas espinosas
y salitres
gritando gritando
a estallar con sus genitales contra mi ventana
no veo…
sus partes
rezongan
a las danzas que animan alcoholes y drogas

los cuerpos no se frotan
son la polvareda
dientes rompiendo ladrillos postes
que acarician se suicidan
sepultándose
en las profundas humedades de la gran madre

su sangre jamás se coagula
no descansa
arrojando frutos espinosos
a hacer piedras los ojos blancos


*****
los cuerpos no se demoran
la sangre les estalla en el fuego
para mezclar con tierra
los ojos líquidos
de enrojecidos atardeceres

espinaespermas
vuelven
retuercen pupilas
implosión del color
nacen flores desangrando


*****
no se detuvo
hamaco el viento con solo pensar
sh
alzando en vuelo las arenas
erosión fértil semen
sobre gestos de aquella belicosidad
el vino danza en las bocas
revuelca educado por hojas de coca
el vino
danza
hace caníbales los dientes blancos
el vino danza imita el frío rocío
rodillas quietas
una adelantada
espinas bolsas papeles en las manos

el vino prepara una emboscada
a la blanca realidad


*****
rodillas coloradas
bordes de lo inconfesable
no están rojas porque la madre menstrua

es tiempo
de frutos
ojos rojos regadores la vuelven

en marrónbarroso coloradosangre
se mal forman se forman
en el otro lado
el de la vereda de enfrente

caricias al suelo
canto danzas
en la cancha campo urbano
patean olorosos cueros trapos
dando con los insultos en tus ojos


*****
atardeceres acodados en la ginebra
vienen con vientos
en estruendos
muertos escamas rodando

…pero ves lo moradito de arriba
eso es vino

quedaran uvas
quedaran campos
quedaran manos de las que cosechan
quedaran pies

quedara Bustriazo
enpencado de tan pamposo


*****
que cuando termine
estos versos
no por acorralado
pueda romper la copa
para
irme
con los desnudos
con los acariciado por los vientos
con los que viven en sexo con las espinas

…pero
después
de mucho vino
para que no haya vuelta




sábado, 16 de mayo de 2009

Pueblada. Germán R. Arens

Por Álvaro Urrutia
La primera impresión que tenemos al encontrarnos con el libro Arens es una foto satelital de dos pueblos pequeños divididos por un río. Ésta, a pesar de la precisión de la imagen, pudiéndose discernir claramente cuadras, puentes, baldíos y chacras, nada nos dice, o al menos muy poco.
Borges con sabia humarada sentencio que los pueblos de la provincia de Buenos Aires son iguales hasta en eso de creerse distintos. Sin escándalo podemos extender la humorada también a la zona que comprende a esta comarca surera.
Arens desde la estética de su libro nos enfrenta con esta foto, pero lejos esta el poemario de dejarnos en esa superficial imagen de la comarca. Pueblada deshace la superficialidad. Se empecina en luchar con la historia intencionada, falsa y burda con la que siempre se quiere cubrir la mirada que cada pueblo se hace de si mismo.
La Pueblada que deja al desnudo, deshojando pudores con su sensual belleza, y acompañada de humoradas y anécdotas cotidianas, a veces melancólicas, es la que hace a cada pequeño pueblo, a cada barrio, diferente del resto. La Pueblada, esta en el reverso de la historia mostrada, de los hechos que nos decidieron relevantes, de nombres de calles y plazas. Ella habita en los gestos de barbarie. En las barbaridades solo confesadas entre asado, música y vino. Solo confesados en la sonrisa picara que inunda las voces de cada pueblo.
La mirada de Arens viene a intervenir, desde la reminiscencia, sobre la que se nos quiere imponer, pero también sobre la imagen satelital, que en este caso nos muestra el Google Earth.
La herramienta y el método que utiliza el pueblo para expresar sus caprichosas verdades ya tienen siglos recorriendo y dominando la región, aunque no siempre vestidas del mismo modo. Los anárquicos juegos infantiles, invadiendo y violando los espacios alambrados, rompiendo vidrios a las iglesias, hacen encontrar bolsas con balas, hacen reconocer la libertad dueña absoluta de nuestras pampas en otros tiempos. La rebeldía entre amigos, con vinos, armas y hambre doblega cualquier ansias de limites remplazándolos por carcajadas burlonas hasta destruir el mas mínimo vestigio de culpa.
Las poesías de Germán Arens son ecos de esas voces que se resisten a ser calladas o falseadas. Pueblada es esos chañares que crecen insistentemente sobre, y contra, los alambrados para desmentir el discurso civilizatorio. Pueblada es charcos, pantanos, con mohos, juncos y renacuajos meados al costado de algún camino. El poeta no duda en su elección. “Todo esta limpio de tan podrido”, nos asegura el hombre de Río Colorado (desde hace años residente en Bahía Blanca).
Pueblada, a pesar de la silenciosa, casi secreta, edición (Ediciones en Danza 2008), sin siquiera ser presentado en sociedad, es una lectura mas que necesaria y recomendable para cualquier lector de poesía, mas aun para los familiarizado con nuestra región. Lectura agradable e intensa, hermanada con las voces de grandes maestros como J. L. Escudero, Bustriazo Ortiz, Atahualpa Yupanqui y Larralde.
Deseo puedan hacerse de éste libro, y juzgar por si mismo, lo que éste texto a penas puede balbucear.

(DZO. Periodismo, cultura y sociedad. Año 3 -Nro 7 -Abril/Mayo de 2009)

domingo, 10 de mayo de 2009


a Osvaldo Costiglia

bibliotecas
moviendo adentros
en lenguas le caminan

recorre
pasos cortos ruiditos profundos
la paciencia
que otros miles consumimos
en alcoholes drogas y gestos apurados

la palabra no es suficiente
...entre adjetivo y adjetivo
mira la inmensa distancia
que supo entrar cuidadosamente
arrugada en su cabeza
apoya
una mano en el árbol
habla con la otra

gira
parece que alguna anécdota
le convence el camino


amigos, despues de mucho prometerlo arme, al fin, un blog del maestro Osvaldo Costiglia.
ya iremos subiendo mas cosas.

pasen i dejen comentarios

martes, 17 de marzo de 2009

Luchando, después de un año sin justicia para Lucas y María

(mural hecho por chelo candia y silvana montani)

- ¡Hola!
- Che nos atropellaron a la Morocha.
- ¿Qué? Pero… ¿como esta?
- No, no. Nos mataron a María.
- Nooo… ¿y Lucas? ¿Donde esta?
- Iban juntos cruzando la calle también esta muerto.

Un año paso de aquella puta mañana. Un año y nosotros acá.
Quizás lo que espera el morbo es que contemos nuestro dolor. Mirarle los ojos, tomarle el pulso. Si es posible robárnoslo para hacerle radiografías ecografías, sacarle sangre…

Pero, no. No será así.

Eso es sólo un instante que nada puede hacer contra los años que vivieron los chicos.

A los dos días de aquel 16 de marzo, después de llorar sin que se mitigue en nada nuestro dolor, comprendimos con la ayuda de María y Lucas que lo mejor que podíamos hacer era recordarlos. Y aparecieron los recuerdos de los pibes y se adueñaron de nuestro dolor y le dieron la forma que ellos querían.

Ese día, no abrió un abismo en nuestras realidades, sino un infinito que no puede ser sino bello. La ausencia es tremenda, trágica, ningún adjetivo alcanza para decirlo. Pero ellos no están ausentes, desde lo que fueron se nos vienen todo el tiempo a acompañarnos, a no dejarnos jamás sólos, y sobre todo a divertirnos. Sus chistes, sus bromas, están dando vuelta alrededor nuestro.

Cuando alguien nos nombra a Lucas y a María, la cara se nos llena de alegría, y nos desesperamos por contarle mil anécdotas divertidas, o contarle los libros que leían, la música que escuchaban, los papeles que pegaban en sus casas. Desde allá atrás, un año atrás, ellos están con nosotros cada día. Está cantando la Morocha canciones de Liliana Felipe, el Lucas diciendo, respetando el tono de voz por supuesto, capítulos enteros de los Simpson. Hay chistes que lo hacemos para ellos. Imaginando su risa, sus carcajadas…

Un año con ellos. Como el día que Graciela nos invitó a la misa que se hizo en honor a los chicos. Jamás pudimos concentrarnos en ese lugar absolutamente ajeno a nosotros, pensando como se estarían cagando de risa los pibes desde donde estén. Están con nosotros en el parquet, en las aulas. Están siempre están.

También están para decirnos que hay que seguir luchando. Para indicarnos cuáles son los problemas. No nos permiten bajar los brazos. Nos invitan obligándonos a pensar y actuar. Porque ellos lo comprendieron siempre.

Por eso marchamos, por eso reclamamos. No lo hacemos por venganza, ni por sacar a pasear nuestro dolor por las calles. Lo hacemos porque sabemos, porque ellos lo sabían, que si no se hace algo va a haber mil accidentes más como el de los chicos. Y mil dolores más. Y mil marchas más. Y mil monolitos más.

No los vamos a perdonar, ni estos ni ningún otro muerto por este motivo. Porque el 6 de marzo atropellaron a una chica, que quiso el destino que algunos de nosotros la conociéramos, en el mismo lugar donde asesinaron a María y a Lucas. ¿No nos escucharon durante un año reclamando y denunciando que iba a volver a pasar?

Lo decimos devuelta, ahora: Sino se hace algo va a volver a pasar. Se tiene que hacer y ya.

María y Lucas, son más que un estereotipo de víctimas del tránsito. Se los puedo asegurar. Son nosotros. Nosotros marchando. Nosotros sonriendo. Nosotros recordando. Nosotros no olvidando y no perdonando.

María y Lucas estarán siempre en nuestras manos, en nuestros gestos, en nuestro pulso…

Amigos de Lucas y María

16 de marzo 2009, Bahía Blanca

lunes, 9 de marzo de 2009

poes leidas el viernes por la tarde




*****
sentado en el portón
persigue mis pasos el perro viejo
él era fuerte
nada volaba en su vereda
no ahorraba ladridos en esas cosas
desplumaba a cada gallina que podía
bípedos implumes
quedaban

entre melena rastosa y ojos lagañosos
le dice a mis kilos
que en mis estúpidas distracciones
ellos
los ruidosos pájaros
nunca descansan
que están techando los silencios

*****
el ruido monótono
de la conversación entre metales
borra el recuerdo del cuerpo
todo es trasladado en el viaje
mudanza de memoria de pensamientos
los ojos...
los ojos se resisten
saben de la imposibilidad
los ojos miran su cielo que los devuelve

el reflejo en el vidrio
es como aquellos espejos de colores
debajo
tachando el horizonte
cables y alambrados escupen razones


*****
los yuyos espinosos
rodando en sus campos
se vienen vizcachas
mirando las casas de adobe

los yuyos ruinosos
ruedan por el telúrico vientre
viniendo suicidas
a rozar las ciudades

*****
el final
desmoronamiento de tiempo
por la fisura de la mascara

el final
merecido chisme civilizado

espantoso prolijo
eructo de vergüenza


*****
los blancos ojos de la ciudad
lloran
desesperados
porque el malón
no viene a robarle a sus hijas


*****
qué se puede hacer
con lo inaprensible
sino colgarlo del cogote
en las paredes

ahí están esas piedraspuntadeflecha
que sí
supieron defender naciones


*****
un vientre
vientres dando vueltas
los pájaros gritan
conquistan los dientes los días

algo se detiene
cabalga silencios
con danzas traspiradas a la luna
polvorientas
derraman bocas
cabezas
manos

sábado, 31 de enero de 2009

jorge spindola



es muy bueno esto. tambien hay cuatro poesias leidas por él en http://escuchapoesia.com.ar