martes, 29 de enero de 2008

de mil puta la noche

La de anoche fue la noche. La pasamos de mil puta. Fuimos a una peña folklórica, por recomendación de nuestros excompañeros de departamento. Nos dieron las mejores referencias. Que había mucha música, buena bebida y que la gente era muy copada. Al entrar nomás supimos que no nos habían mentido.

El lugar era muy chico, con unas ocho mesas de unas cuatro personas cada una, y una pequeña pista de baile copada por tres parejas de argentos ¡gringos de mierda… jaja! Encaramos primero al Pisco Sour, después al pisco con jugo de naranja, y por ultimo, y hasta el final, a algo que acá llaman “Limonada”, que es Singan (algo así como el pisco) con lima (limón), para colmo te lo sirven en una jarra térmica de vidrio, y se toma en tazas de cerámica, para que no pierda la temperatura. Con la primera taza ya te importa muy poco nada, y más si uno le hace un prologo de pisco, como el que le hicimos. El trago es exquisito, cuando se empieza no se puede parar de tomarlo; y más en buena compañía.

En un primer momento, mientras el pisco, nos amigamos con los dos bolivianos borrachines de la mesa de alado. Eran ambos arquitectos, uno estaba construyendo la Terminal nueva de Potosí, y el otro estaba haciendo caminos. Copados ambos, de raíz quechua y bien orgulloso de serlo. Se fueron a dormir temprano porque laburaban a la mañana.

Mientras tocaba un grupo folklórico canciones bolivianas y potosinas apasionadamente, lo que nutria al ambiente y las conversaciones de una incomodidad más que respetable y agradable. Eran como ocho los de la banda, no les alcanzaba el ancho del escenario para acomodarse, dos de ellos quedaban detrás de las cortinas. Charangos, guitarras, flautas, quenas…

Apenas se fueron nuestros amigos arquitectos, llegaron a esa misma mesa de alado cuatro flacos, también bolivianos. Estos fueron quienes nos incentivaron a tomar Limonada ¡benditos sean! Nos tomamos como cinco o seis jarras con estos hermanos potosinos. Cantando, charlando, y sobre todo puteando a San Lorenzo que se enfrentara con Real Potosí por la copa libertadores:

“ciclón, ciclón, ciclón

la puta que te parió

ciclón, ciclón, ciclón

la puta que te parió

San Lorenzo hijo de puta

la puta que te parió”

Los amigos potosinos acogieron con beneplácito la canción que les enseñamos.

El momento más alto de la noche fue cuando la banda “Jacha Marka” toco el tema “Potosino soy”. Ya nuestros compañeros de departamento nos habían cantado esta canción.

“adivinen, adivinen, adivinen de donde soy

tiene plata mucha plata

el lugar donde nací

si, si, si yo soy de Potosí

si, si, si yo soy de Potosí…

a mi negra la vi pasar, pasar por el boulevard

si, si, si yo soy de Potosí”

Cantamos el tema a los gritos, nosotros emocionados, ya en nuestro sentimiento siendo potosinos. Amamos esta ciudad. Anoche, hermanados con esta gente, nos sentimos potosinos.

¡Este es el lugar! Acá se sintetiza de manera más que tangible nuestra esencia sudamericana. Amo este lugar. Acá están patentes todas las características de nuestro continente: dominio del paisaje, desamparo, saqueo, pobreza, pasión…

Espero poder vivir en algún momento de mi vida vivir acá. Aun que sea un año en este infierno-edén.

Continuo con el relato nochericola. Como no podía ser de otra forma terminamos hablando hermanados con los muchachos de la banda. Fue muy productivo el dialogo. Estamos muy cerca, pero muy cerca. Mismos problemas, mismas preocupaciones, e iguales ensayos de soluciones. Nos recomendamos música mutuamente. Fuimos hermanos doce bolivianos y tres argentinos.

Como no podía ser de otra forma el bar cerro con nosotros adentro, en plena hermandad amerindia. A las cuatro de la mañana nos fuimos para el hostal después de grandes e interminables abrazos.

Fotos y videos son prueba suficiente de lo que cuento.

¡Aguante Potosí!

Y que real Potosí le haga cinco a los amargos de San Lorenzo.

13-01-08

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