martes, 1 de enero de 2008

por la huella del Diablo

El pensador latinoamericanista Rodolfo Kusch, en su libro “Indios, porteños y dioses”, describe su viaje por el Altiplano argentino-boliviano diciendo que ese adentrarse en lo profundo de América es poner el pie en la huella del Diablo.
El viaje que iniciare el día 4 de enero del 2008, con mi hermano Juan Manuel i el amigo Matias, partiendo de bahía blanca en tren hasta buenos ayres, i de hay rumbo hacia la Quiaca no tiene otro fin que meter el pie en la huella del Diablo. Meter el pie en esa huella por la que también transitaron grandes maestros del pensamiento i las artes de este continente Amerindio, como Atahualpa Yupanqui, Miguel Ángel Bustos i Rodolfo Kusch. Con sencilla i sincera genialidad, Atahualpa nos dice en un poema:

“De tanto dir y venir
hice una huella en el campo;
para el que después anduvo
ya fue camino liviano”

Agradecidos brindaremos, en la Madre Bolivia, por estos nuestros maestros.

Andar por esta huella, no es solo un experiencia más para contar en un bar entre vinos birras i expectativas fugaces, sino que es desandar el camino apócrifo que nos intento definir, a nosotros los seres latinoamericanos, a los seres amerindios.
Reencontrarnos con lo profundo, lo arraigado del continente es nuestro destino amerindio. Porque es ahí, en ese lugar incomodo i endemoniado, donde podemos hallar el fruto de la tierra que nos permitirá repensarnos i redefinirnos desde una totalidad que nos completara.

No hay comentarios: