miércoles, 30 de enero de 2008

en la Isla del Sol.

Ya estoy en la Isla del Sol. Busque a los chicos en varios hostales pero nada ni noticias.

Ahora estoy subiendo en uno de los picos más altos de la isla, para ver el ocaso desde ahí. Esta nublado, pero por ello no pierde hermosura el lugar. El sol se va por Perú, en su carro de fuego… No tengo muchas palabras ante esta inmensidad, solo miro extasiado y por impotencia callo.

El lugar se llama “El Calvario”, lo escuche de unos nenes lugareños, que ahí vienen; “Ahí hay un turista, vamos a ver como es” dijeron, y me pidieron el cuaderno para dibujar. Lastima que los apuro la madre.

hacia la Isla de Sol.

Llegue a Copacabana, di un paseo por la costa con la mochila encima buscando a los chicos, y recorrí algunos hostales, y no los halle, así que me voy para la Isla del Sol” a ver si tengo suerte. Por lo que me dijeron es un lugar paradisiaco.

Quizás me encuentre con los chicos, sino no importa, disfrutare el lugar.

Voy solo en el barquito hacia la isla. Los dos barqueros hablan aymara, quisiera saber aymara. Trate de hablar con ellos pero no me dieron mucha bola, me hubiese gustado que me cuenten alguna historia del lugar, pero bue… ahí que respetar su silencio después de todo soy un gringo más para ellos.

Ojala pudiera ver en el zumbido de un insecto música. Cuanta enseñanza. Es lo que debemos comprender y vivir.

A la otra orilla del Titicaca veo el Perú bello y desconocido, se me hace otra fisura en mi mirada razón ya grietosa de realidad

¡Titicaca: animal indescriptible!

Solo este sabio poeta puede expresar todo lo que no me sale decir:

“Todo comenzó algún tiempo atrás

en la Isla del Sol

se juntaron dos caminos por casualidad…”

para Copacabana. completo...

Voy arriba del cole para Copacabana.

Fue muy bueno ayer ir con Juan Carlos a la casa de la poeta Yesica y el artista plástico Anuar, ahí conocí, además estaba el poeta Benjamín Chávez.

Los tres poetas bolivianos estaban están armando una antología de poesía joven del país. Así que estaban leyendo las cosas que les iban mandando. Fue bueno ir chismeando que pasa acá con la poesía, saber sus preocupaciones y sus intenciones. Creo que se abre un dialogo con ellos al menos esa es mi deseo.

El amigo Juan Carlos no dejo nunca de sorprenderme, me regalo el Nro. 4 de la revista Mar con Soroche, en la que también participa Andrés Ajens. Muy buena la revista, ya he leído un numero anterior que me dio Andrés en Santa Rosa, en los “Quetrales” en homenaje al maestro Bustriazo Ortiz, que organiza el compañero De Matteo. Ya leeré con tiempo este numero, se que será bueno, la estética de la revista es muy prometedora.

A la habitación compartida en la que estoy, anoche llegaron unos brasileros, muy copados. Uno, el que estaba destruido a causa de la altura, estudiaba filosofía. Conversamos un rato de literatura y de filosofía. Lector de Camus, Sartre y Heidegger, y también de los poetas románticos franceses sobre todo. Mucho en común, no hablamos de futbol, quizás por eso…

Hay al armar la mochila tuve que dejar afuera varios libros por una cuestión de espacio. Le regale al amigo Fernando el Popol Buh y Trilce de Cesar Vallejos. Como agradecimiento me regalo “O exilio e o reino” de Camus en portugués. Se deja leer, en bahía lo encarare.

“El alma romántica y los sueños” de Albert Beguin, que ocupaba vastísimo lugar se lo di al amigo Mauricio, de Concordia, que me regalo una revista de allá llamada el “Aljibe”. Amigo de la gente de “las 40”, me lo dijo al ver mi libro “confines de occidente” de Canal Feijoo. También le di las fotocopias de “Elegías de la piedra que canta” del Penca Bustriazo Ortiz, se le voló la cabeza cuando leyó al gran maestro de las pampas.

Me quedo tranquilo, sé que los libros quedaron en buenas manos.

Me quedaron muchas cosas en estos días, y más que nada amigos del camino… Se esta solo, pero es imposible estar solitario en este lugar.

También conocí al amigo Leo, periodista y bibliotecario. Muy buena gente. Entrevisto acá, en la Madre Bolivia, al vicepresidente Álvaro García Linera, muy copado el chabon, se comprometió a mandarme la entrevista.

En unas tres horas estare en Copacabana, no sé como hare para encontrar a los chicos, los giles no me mandaron el mail para decirme donde estarían. Espero tener suerte en la búsqueda.

con Hiro, y esperando a juan Carlos

Continuo en el carretero, ya como en casa.

Conversando con el amigo Hiro. Me llevo un disco de él (te lo voy a pasar Guille Goico). Un poco de todo, y todo sin desperdicio.

Anoche un chabon se paso tomando merca acá, y le agarro un paro o algo así, lo auxilio Hiro. “Cuando llegue ya se le había ido el alma… Con unos perfumes que me dio mi maestro en Peru, acariciándole la frente y con primeros auxilios le volvió el alma”. Esta aprendiendo para “curar”.

No puedo decir mucho más.

Hablamos de Basho, me dijo hablando de las traducciones: “ustedes están tirados bajo un árbol en verano y aparece un insecto volando y lo espantan porque les molesta, les parece feo; para nosotros el zumbido de ese insecto es música. Que es distinta en primavera, en verano, en otoño y en invierno”.

Eeeeeeeehhhhh… No digo más nada del tema, todo estaría demás.

Espero a que llegue Juan Carlos, así vamos a no se donde a leer y a hablar de poesía. Paso ayer y no me encontró, me dejo su libro a Roberto (el del hostal), es bueno, lo llevo por la mitad, un dialogo con la poesía, los lectores y los poetas. Aforismos. Cuando ande con tiempo me explayare más sobre el libro

ya solo. no solitario

No dejo de sorprenderme. Estoy en “El Carretero”, el hostal, charlando con Hiro, un músico japonés más que interesante. Esta tocando un instrumento que se llama algo así como Niko, desde mi brutalidad les digo que es como un violín con dos cuerudas. “Un instrumento muy simple pero muy complicado”. Como todo en el Japón. Y del revés es otro instrumento de tres cuerdas que creo que se llama Sanhi, o algo así.

Alemanes, peruanos y argentinos escuchamos admirados.

Anduve dando vueltas por el centro. La plaza esta cerrada porque se reúne Evo con los Prefectos, y estos últimos le tienen miedo al pueblo. Evo es el pueblo. Como Marcos “manda obedeciendo”.

Anduve dando vueltas por la “calle de las brujas”. En el lugar se venden artesanías. Hay cosas increíbles. Llevare un feto de cabra, con ellos se hacen ceremonias a la Pachamama.

En realidad quiero llevarme todo. Quiero llevarme Bolivia a casa… Creo que será conveniente venir más seguido para acá.

Martes 15-01-08

oh madre bolivia

Acabo de llamar al amigo Juan Carlos R. Quiroga, para mi sorpresa estaba esperando con ansias mi llamada, se ve que el compañero chileno Andrés Ajens, le hablo bien de mi. El día miércoles Juan Carlos y unos poetas se juntan a leer poesía y me invito a ir. Conoceré a algunos poetas jóvenes bolivianos…

Pensaba salir mañana para Copacabana, pero tengo mucho interés en ver que pasa con la poesía acá. Mañana los chicos salen para allá y yo me quedare hasta el miércoles haber que pasa. Lamento no tener mas nadeando para cambiar, aun que por un lado es mejor que se acaben esos librejos. Solo tengo para darles una copia del texto y la selección que hice de Leonidas Escudero para el gran Jorge Spindola.

La Madre Bolivia no deja de sorprenderme. Ahorita estoy tomando un tintillo por ello.

"tomando mate en La Paz"

Estamos en La Paz. Llueve muchísimo nos mojamos todo hasta conseguir un hostal, para colmo son las ocho y tenemos que esperar hasta las diez por una habitación. La estamos pasando horrible, hace mucho frio…

El Mati esta en eso de hacer mate.

Por lo que nos dijo un chabonsito acá llueve todo el puto tiempo. Tendré que comprarme un impermeable, no me queda otra.

Espero desesperado que llegue la puta hora en que nos den la puta habitación y meterme en la bolsa bien calentita.

“moriremos en La Paz con aguacero”

Lunes 14-01-08

martes, 29 de enero de 2008

en el viaje

Estamos en viaje. Dormí un cacho y me desvele. En el asiento de alado venia una chola con su criatura y me volvió loco; así que en la primera parada le di el asiento a otra chola que venia sentada en el pasillo y me vine con los chóferes. Ellos coca, tabaco y singan lleban el colectivo hasta La Paz.

La chica a la que le di el asiento, me dio un dato muy importante, me dijo que la bandera de los pueblos se llama: WIPHALA. Como no le iba a dar el asiento. Me enamore de ella pero no me dio bola. ¡quédate tranquila Chelo!

en la terminal. para La Paz

Estamos en la Terminal esperando que se hagan las 21hs para partir rumbo a La Paz. Los chicos quedaron en otro lugar yo me mezcle entre la gente que esta esperando también para viajar o a alguien. Esta clase de experiencia es una de las más confusas que se puede tener. Si bien estamos en un “no-lugar”, ya que todas las terminales son iguales; pero este es un no lugar, a diferente de los otros, cargado, mejor dicho sobrecargado de sentimientos y emociones. Gente que se despide por mucho tiempo, por poco tiempo, para siempre… gente que roba, gente que tiene miedo de ser robada, gente que se hace el mango laburando, gente que no quiere comprar… algunos que bajan del cole sin saber siquiera donde están y vuelven a subirse sin saberlo…

Imagino que dormiremos todo el viaje, ya que estuvimos desde las tres hasta las seis y media bañándonos en una laguna… Bah! En realidad es mucho más que una laguna, es la boca de un volcán inactivo, en la que se formo una pequeña laguna redonda de unos cincuenta metros de radio. Laguna que no tiene fondo. Nos sosteníamos para descansar de los yuyos de la orilla. Tengan en cuenta que estamos a cuatro mil metros de altura…

El agua es espectacular, la temperatura que tiene es de unos 4º grados; lo que si te mata la salida… La lagunita se llama “El ojo del inca”. Acá se venia a bañar no recuerdo que emperador Inca. Las aguas son aguas termales, no son saladas como las de las termas de Villalonga.

Ahora estamos super relajados. Quizás asta sea la forma en que debiéramos permanecer, estar

Por alejarme me perdí gran parte de una ceremonia de inauguración o de bautismo de un nuevo colectivo. Frente nuestro, de donde me fui, había un cole con flores en los espejos y además explotaban petardos todo el tiempo alado de él, que despertaron nuestros insultos. Me cuentan los chicos que mientras yo falte una Chola y un Cholo comenzaron a batir unas cervezas y abriéndolas empezaron a arrojarla sobre el parabrisa, las cubiertas, en el interior del coche. Lo bautizaron, lo sacralizaron. El colectivo para comenzar a viajar tuvo que ser sacralizado con una ceremonia. ¡Como un monstruo pagano como este no iba a merecer tal ceremonia!

Esto me recuerda a lo que comentaba Rodolfo Kusch en “Indios, poteños y dioses” de algo similar que la había sucedido, también en Bolivia, con un tren. Me pareció, al leerlo, exagerado el relato de Kusch, ahora veo que estaba en lo cierto. ¿Cuan lejos estamos en nuestra Pampa del Altiplano?

Ya que estoy, recomiendo leer el libro mencionado del pensador argentino.

Recién me puse a hablar con un pibe de unos 6 o 7 años que laburaba vendiendo golosinas, que estaba sentado sobre el suelo descansando de un día arduo. Le pregunte si quería dibujar, me dijo que lo hacia “fiero” pero que sabia escribir, que escribiría su nombre: “Raul”… En menos de dos segundos me vi rodeado de unos diez pibes que laburaban en el lugar, y todos querían escribir y todos querían dibujar. Pensa que en más de una oportunidad en que me vinieron a vender algo yo los eche como si fueran adultos, porque me molestaban… y los pibes solo quieren dibujar.

Me siguieron hasta arriba del colectivo charlando conmigo. Dos quedaron para cantar y ganarse una moneda más. Los convencimos de que canten “Potosino soy” y le hicimos el aguante cuando lo hicieron.

Le preguntamos de quien era el tema y nos dijeron que era un tema de la cancha del Real Potosí…

13-01-08

de mil puta la noche

La de anoche fue la noche. La pasamos de mil puta. Fuimos a una peña folklórica, por recomendación de nuestros excompañeros de departamento. Nos dieron las mejores referencias. Que había mucha música, buena bebida y que la gente era muy copada. Al entrar nomás supimos que no nos habían mentido.

El lugar era muy chico, con unas ocho mesas de unas cuatro personas cada una, y una pequeña pista de baile copada por tres parejas de argentos ¡gringos de mierda… jaja! Encaramos primero al Pisco Sour, después al pisco con jugo de naranja, y por ultimo, y hasta el final, a algo que acá llaman “Limonada”, que es Singan (algo así como el pisco) con lima (limón), para colmo te lo sirven en una jarra térmica de vidrio, y se toma en tazas de cerámica, para que no pierda la temperatura. Con la primera taza ya te importa muy poco nada, y más si uno le hace un prologo de pisco, como el que le hicimos. El trago es exquisito, cuando se empieza no se puede parar de tomarlo; y más en buena compañía.

En un primer momento, mientras el pisco, nos amigamos con los dos bolivianos borrachines de la mesa de alado. Eran ambos arquitectos, uno estaba construyendo la Terminal nueva de Potosí, y el otro estaba haciendo caminos. Copados ambos, de raíz quechua y bien orgulloso de serlo. Se fueron a dormir temprano porque laburaban a la mañana.

Mientras tocaba un grupo folklórico canciones bolivianas y potosinas apasionadamente, lo que nutria al ambiente y las conversaciones de una incomodidad más que respetable y agradable. Eran como ocho los de la banda, no les alcanzaba el ancho del escenario para acomodarse, dos de ellos quedaban detrás de las cortinas. Charangos, guitarras, flautas, quenas…

Apenas se fueron nuestros amigos arquitectos, llegaron a esa misma mesa de alado cuatro flacos, también bolivianos. Estos fueron quienes nos incentivaron a tomar Limonada ¡benditos sean! Nos tomamos como cinco o seis jarras con estos hermanos potosinos. Cantando, charlando, y sobre todo puteando a San Lorenzo que se enfrentara con Real Potosí por la copa libertadores:

“ciclón, ciclón, ciclón

la puta que te parió

ciclón, ciclón, ciclón

la puta que te parió

San Lorenzo hijo de puta

la puta que te parió”

Los amigos potosinos acogieron con beneplácito la canción que les enseñamos.

El momento más alto de la noche fue cuando la banda “Jacha Marka” toco el tema “Potosino soy”. Ya nuestros compañeros de departamento nos habían cantado esta canción.

“adivinen, adivinen, adivinen de donde soy

tiene plata mucha plata

el lugar donde nací

si, si, si yo soy de Potosí

si, si, si yo soy de Potosí…

a mi negra la vi pasar, pasar por el boulevard

si, si, si yo soy de Potosí”

Cantamos el tema a los gritos, nosotros emocionados, ya en nuestro sentimiento siendo potosinos. Amamos esta ciudad. Anoche, hermanados con esta gente, nos sentimos potosinos.

¡Este es el lugar! Acá se sintetiza de manera más que tangible nuestra esencia sudamericana. Amo este lugar. Acá están patentes todas las características de nuestro continente: dominio del paisaje, desamparo, saqueo, pobreza, pasión…

Espero poder vivir en algún momento de mi vida vivir acá. Aun que sea un año en este infierno-edén.

Continuo con el relato nochericola. Como no podía ser de otra forma terminamos hablando hermanados con los muchachos de la banda. Fue muy productivo el dialogo. Estamos muy cerca, pero muy cerca. Mismos problemas, mismas preocupaciones, e iguales ensayos de soluciones. Nos recomendamos música mutuamente. Fuimos hermanos doce bolivianos y tres argentinos.

Como no podía ser de otra forma el bar cerro con nosotros adentro, en plena hermandad amerindia. A las cuatro de la mañana nos fuimos para el hostal después de grandes e interminables abrazos.

Fotos y videos son prueba suficiente de lo que cuento.

¡Aguante Potosí!

Y que real Potosí le haga cinco a los amargos de San Lorenzo.

13-01-08

miércoles, 23 de enero de 2008

el cerro

Acabamos de regresar dela mina. Fue indescriptible. Con esto solo se justifica haber venido hasta Bolivia.

El cerro que cuando fue encontrado por los españoles tenia 5200m de altura ahora tiene 4000m aproximadamente. La Historia esta en esta ciudad. Durante la colonia murieron cerca de 8.000.000 de aborígenes en los túneles en los que nosotros apenas visitamos.

A ellos, se les impuso un dios, para que rindieran mas. Un mix entre Viracocha y el Demonio. En caso de accidentes, los españoles le decían que no era culpa de ellos, sino de los mineros que no habían honrado al dios de las minas, y que este los había castigado por ello. De este modo los españoles evitaban que los mineros se les tiren en contra y se subleven.

Los incas no poseían el vocablo “D”, por eso cuando nombraban al dios de la mina lo llamaban “Tios”. Así el Dios, simil de Viracocha y del Diablo, pasa a llamarse, hasta nuestros días Tio. Los españoles introdujeron en la mina grandes estatuas del Tio hechas en plata. En tiempos de la lucha de la independencia estas fueron robadas por las tropas de Belgrano. El Tio aun existe en las minas, aunque hecho de un material más austero. Los mineros lo adoran con alcohol potable, tabaco y coca. Le mojan con alcohol el gran pene que este posee, porque él es quien tiene relaciones con la Pacha.

Ahora nadie cuenta los muertos, como si el sufrimiento en la mina fuera un hecho histórico. Erik, nuestro guía exminero, me cuenta que hay un promedio de un muerto por día: 7 de cada 10 que mueren es a causa del cáncer, y los tres restantes a causa de derrumbes y de gases tóxicos, que deja escapar la montaña mientras se la esta taladrando.

Los obreros consumen tabaco, alcohol potable y coca. Ingresan a la mina entre los 13 y 14 años; y tienen una expectativa de vida de 35 o 40 años. Ah! Y ganan un sueldo básico de 400 bolivianos, mas o menos 150 pesos argentinos…

¿Cambio algo?

El mineral que ellos sacan seguramente va , vía Chile, a EEUU ahí se convertirá en armas que dañaran en un lugar lejano o no tanto a otros civiles. Así funciona el mundo… ¿Funciona?

(Me reservo aun para hablar de lo que pasa políticamente en Bolivia. Solo diré que quienes se oponen son los dueños de las minas, los grandes terratenientes (que aun tienen sus esclavos, como en la colonia) y quienes reciben algún beneficio de esta explotación.

12-01-08

en un rato

En un rato vamos a salir a una peña folklórica con los compañeros de casa. Ya estuvimos comiendo las uvas borrachas en grapa, que pegan como los dioses, mejor dicho como los mil demonios bolivianos. La salida será tranqui ya que mañana a las9hs salimos para la mina…

Los chicos se durmieron sin siquiera comer, y yo voy a leer un cacho mas y hare lo mismo, estoy muy cansado pa ir a la peña…

casa de la moneda

Al final terminamos en otro albergue… ¡bah! En realidad una casa. Somos 15 personas, apenitas conocidas, la casa tiene tres habitaciones. Esta mal pero no tan mal. Ahora estamos con guitarra y mate.

A las dos y media estuvimos en “La casa de la moneda”. Un edificio construido, creo, en el siglo XVII. A pesar de todo el glamour colonial, por cada pared se deja traslucir el dolor. Dolor, culpa tenia razón el viejo Wlater, para que haya tanta maldad tiene que existir el diablo. (No me pude encontrar con el viejo, ya que estuvimos tratando de encontrar hospedaje a las 10).

Pensar que por esa “casa de la moneda”, pasaron todas las monedas con la que se forjo este perverso sistema de exclusión. Sobre el sufrimiento de este pueblo, extrayendo plata de las minas, y laburando inhumanamente en este edificio, se apoya el sistema capitalista.

Sobre este dolor nosotros somos turistas, seguramente es otro gesto el que se necesita. Pero ¿Cuál? No puedo mas que sentirme incomodo…

Lo mejor que vimos fue un cuadro, la “Virgen del cerro”, anónimo del siglo XVII. En esa pintura se ve el pérfido dominio de la iglesia sobre las culturas amerindias. La virgen tiene en esta pintura la forma del cerro Potosí, y esta cargada de símbolos incaicos como el sol y la luna, y además posee una forma piramidal expresando a la pachamama.

Mañana vamos a ingresar a la mina del cerro Potosí. No sé si como frígidos turistas, como sobrios observadores, como conscientes herederos de esa atrosidad, o, ojala así sea, como pequeñoshombres predispuestos a aprender de los grandes errores, para poder comenzar a mirar las cosas desde una perspectiva mas verosímil…

el viaje

Este viaje al igual que el de Villazon a Tarija lo hacemos en buena compañía. Apenas subimos un señor nos pregunto a donde íbamos. Él es de Potosí. Nos recomendó lugares para visitar. Muy informado el hombre. Sabe mucho de la mina. Le pregunte que hacia, me respondió que era jubilado, pero que antes buscaba oro y demás minerales en las altas montaña del altiplano. En seguida me vino el recuerdo del sanjuanino Jorge Leonidas Escudero. Por lo visto este boliviano no es poeta como aquel, aunque su vida por lo visto debe tener mucho de poesía. Me conto de sus “andanzas mineras”. Que hasta los 6000 m de altura encontró oro. Que ni pajaritos había, solo cactus y piedras.

Pregunto si creíamos que existía el diablo. El lo había visto. En un túnel dentro de la mina los saludo a él y a sus compañeros, un minero moviendo el antifaz con la mano derecha. Cuando se acercaron al lugar para ver donde se había ido, advirtieron que no había posibilidades de que este sea un humano, porque los túneles estaban cerrados: “era el mismísimo Compadre”. Lo llama “Compadre”…

Otra vez, mientras el estaba dormido solo en la mina, sintió un zumbido fuerte en la oreja derecha, y al despertar el Compadre estaba ahí diciéndole: “te daré un cerro”; entonces Walter (así se llamaba) le dijo: “te adoro te respeto pero no puedo comprometerme con vos”. En ese momento lo despertaron sus compañeros preguntándole con quienes había estado hablando, que de lejos se lo veía rodeado de luces…

Quede en encontrarme con Walter a las diez de la mañana, en la plaza “10 de noviembre” de Potosí, en el centro.

Ahora son cerca de las 9hs, estamos en un hostal, decidiendo si nos quedamos acá o vamos para otro hostal. Nos hemos agrupado con unos pibes de baires. Los pibes están regateando el precio, ya que entre todos hacemos 15 personas.

Potosí es muy lindo, una ciudad absolutamente colonial. Calles muy angostas, tanto que uno siempre va corriendo el riesgo de ser atropellado por un auto o una de esas combis que hacen de colectivo.

mañana del 11-01-08

estamos en viaje pal Potosí

Ayer fuimos al Valle del Vino, paramos en un pueblito llamado Concepción. Un pueblito hermoso, de unos mil habitantes. Lo mejor era que había muchos viñedos y buen vino. Vino patero muy rico.

Acampamos en un viñedo. Hermoso. Con razón el vino es tan rico.

Por la mañana estuvimos en una casa antigua, “la Casona”, del siglo XVI. Muy linda. Toda de adobe . Además era una bodega. Probamos vinos y comimos uvas borrachas en grapa.

Al mediodía fuimos a un lugar que quedaba muy cerca, aunque los lugareños no lo conocían, donde había restos arqueológicos. El lugar era muy árido y muy erosionado. Huesos de dinosaurio, creo que eran.

El lugar se parece, salvando las distancias, al Valle de la Luna.

10-01-08

sábado, 12 de enero de 2008

en Tarija

Llegamos a Tarija. Estamos en un hotel que nos costó sesenta bolivianos, no nos quedó otra porque llegamos muy tarde para buscar algo más barato.
Ahora estamos en un restaurant en una esquina frente a de la plaza Sucre. Acá la gente no se parece en nada a la de Villazón, se los podría confundir fácilmente con argentinos. Mañana temprano nos vamos a un camping que está en un valle llamado Valle del Vino. Sin lugar a dudas un buen lugar.
Al poema de Li Po habría que sumarle estos versos:
"Si a la Pacha no le gustara el vino
no habría un valle llamado Valle del Vino"

viernes, 11 de enero de 2008

Camino a Tarija

Después de pasar la noche en una pensión, molestados constantemente por las preguntas incesantes e insoportables de Mariela, la hijita de la pensionera. Para colmo la borrega era re xenófaga, odiaba a los bolivianos, peruanos, chilenos, mejicanos... Demás está decir que segun nos dijo su sueño era "ser presidenta de los Estados Unidos". Creo que fue una amenaza.

Ahora, estamos en camino a Tarija. Tenemos siete horas de viaje si la suerte nos acompaña. El camino es de tierra y muy paligroso según nos dijeron, esto se agrava por la copiosa lluvia que nos acompañó toda la noche.

Apenas van media hora de viaje y el cole ya está parado porque pinchó una cubierta. Está detenido en medio un llano desierto, sólo se ven a kilómetros cadenas montañosas a ambos lados del camino, y casas de adobe derruidas. Terminé de escribir y el cole enseguida se puso en marcha. Sólo pasaron diez minutos y ya estamos entre grandes montañas. El camino es sólo una huella, a un costado las montañas y al otro un precipicio, en algunos lugares de hasta mil metros. El paisaje es increíble. Picos sumamente erosionados y el terreno sumamente árido. Bajamos y subimos las montañas víboreando con el corazón en la boca y toda nuestra fé en las manos del chofer. Los colores de las laderas varían desde un rojo colorado hasta un caqui o un gris oscuro, casi negro.

Hace unos minutos el cole se rompió, "el diferencial" dijo Juan. Estuvimos unos quince minutos parados. El conductor, que es un groso para manejar por estos caminos, va acompañado de un mecánico. Martillo, alambre y maña arreglaron el problema en veinte minutos. Como ameritaba la situación, nos fotografiamos con ambos héores.

Juan y Mati aseguraron ver un cole, todo retorcido (hecho mierda) al fondo de un precipicio, testimonio de los riesgos del camino. Por desgracia no llegamos a sacarle una foto, pero por suerte ese no es nuestro colectivo.

El cole no es muy bueno, es chico, pero aún así no tiene nada que enviadiarle al Río Paraná.
Hay algunas casitas con potreritos divididos por paredes de piedra que hacen las veces de alambrados, y también sirven para protegerlas del agua. Se ven muchas cabrasabajo en las laderas de las montañas.
Según me cuenta Enrique, mi acompañante, comerciante de Tarija seguiremos subiendo hasta Cuesta Lezama y de ahí nos resta una hora en bajada hasta la ciudad.
Somos unos pajeros sacando foto a todo. Nos mira todo el colectivo, para colmo somos los únicos gringos. Parecemos japoneses.
"¡Baño!" grita el colectivero y bajamos todos a orinar a uno de los baños más grandes del mundo.
Acabamos de sacarnos una foto con el chofer y el mecánico.
Los corrales de piedra se hacen parte del paisaje. En algunos de ellos en la tierra hay sembrados de maíz, albaca... Hay también un precario sistema de riego. Es increíble como en este terreno desamparado y sin recursos la gente se las arregla para vivir, seguramente con un conocimiento que le viene de siglos del imperio. También acá siembran en terrazas.

un lugar diferente

No cabe duda que estamos en lugar muy distinto de Argentina, al menos de lo conocido por nosotros.
Nos acostamos a dormir en un banco de la plaza principal de Villazón, cuando nos despertó una música inesperada. Era una banda militar que sonaba desde un lugar que no podíamos ver. Nos sentamos en el banco y nos sorprendió el silbido de un silbato dirigido hacia nosotros, era un tipo que juntaba basura con un pinche, que nos gritaba imperiosamente que nos pongamos de pie. Nos exigió que respetemos a su bandera y a su himno. Y tambien lo hizo con todo aquel que no estaba de pie o seguía caminando indeferentes... "prrrrr... Zorros, ¡de pie, respeten el himno, o acaso no son bolivianos!!!".
Por lo visto todos los días a las ocho de la mañana se iza la bandera escoltada por la banda militar que toca el himno. Nos sorprendió el hecho de que esta hombre de una jerarquía "secundaria", con el pinche en la mano y el silbato en la otra, se sienta en la necesidad y en la obligación de imponer este orden a cualquiera que circule por la plaza, sea de la clase social que sea.
Martes 7 de Enero del 2008

entramos en Bolivia

Entramos a Bolivia. Pasamos caminando desde La Quiaca hasta Villazón, a las seisde la mañana hora Argentina, a las cuatro hora boliviana. ¡Bah! estuvimos entre aduana y aduana, en un puente, dos horas y media; porque la Aduana boliviana habría a las seis.
Pasamos la aduana como corresponde a todo ciudadano responsable. Cambiamos la plata, ahora ya estamos bolivianizados. 1 Peso argentino = 2,28 Bolivianos.
Ahora estamos en la terminal esperando que abra un local donde nos venderán el pasaje hacia Tarija.
Quedo atrás el silencio de la Puna, acá todo es ruido y gritos que te quieren vender todo. Las bolivianas son insoportables vendiendo. Hablan rápido y no se dan por vencidas aunque les digas que no mil veces.
La altura por ahora no es tan grave. Sólo un poco avonvada la cabeza y cuesta encontrar el aire. Pero lo imaginábamos peor.

en el cole para la quiaca

El altiplano comienza a mostrarnos su rigor. Deben ser algo así entre las tres y tres y media de la mañana, recién acabamos de pasar Humahuaca. A pesar de una noche oscura el paisaje es imponente. Por la ventanilla se distinguen las imágenes sombrías de las montañas y cada tanto se dejan ver los cactus inmensos.
Ya todo comienza a ser paisaje. Hasta las casas chatas parecen piedras parecen piedras en una primera mirada; en una segunda mirada comprendemos que están hechas con el permiso de los demonios de estos paisajes. La sensación es de que todo acá necesita de este permiso. Este sin duda es un terreno sacralizado por doquier.
A partir de Santiago pasando por Jujuy, mientras la luz nos permitió ver, aproximadamente cada diez kilómetros nos encontramos con un templo-santuario consagrado al Gauchito Gil. Los que chocan con el paisaje debido a que se encuentran rodeados de banderas y trapos rojos. (Color que simboliza la barbarie según el siempre comprensivo Sarmiento).
Nuestra cabeza ya está sintiendo el apunamiento.
No duermo, imagino por la exitación que me produce este viaje. Es una lástima que la noche no sea más clara...
En Humahuaca subieron unos nativos, una pareja con un niño,hablando en lo que supongo era Quechua o Aymará. No se por qué esto me asombra tanto, ya viajando de Villalonga para Bahía Blanca o viceversa me ha sucedido lo mismo.
Lunes 6 de Enero del 2008

martes, 1 de enero de 2008

por la huella del Diablo

El pensador latinoamericanista Rodolfo Kusch, en su libro “Indios, porteños y dioses”, describe su viaje por el Altiplano argentino-boliviano diciendo que ese adentrarse en lo profundo de América es poner el pie en la huella del Diablo.
El viaje que iniciare el día 4 de enero del 2008, con mi hermano Juan Manuel i el amigo Matias, partiendo de bahía blanca en tren hasta buenos ayres, i de hay rumbo hacia la Quiaca no tiene otro fin que meter el pie en la huella del Diablo. Meter el pie en esa huella por la que también transitaron grandes maestros del pensamiento i las artes de este continente Amerindio, como Atahualpa Yupanqui, Miguel Ángel Bustos i Rodolfo Kusch. Con sencilla i sincera genialidad, Atahualpa nos dice en un poema:

“De tanto dir y venir
hice una huella en el campo;
para el que después anduvo
ya fue camino liviano”

Agradecidos brindaremos, en la Madre Bolivia, por estos nuestros maestros.

Andar por esta huella, no es solo un experiencia más para contar en un bar entre vinos birras i expectativas fugaces, sino que es desandar el camino apócrifo que nos intento definir, a nosotros los seres latinoamericanos, a los seres amerindios.
Reencontrarnos con lo profundo, lo arraigado del continente es nuestro destino amerindio. Porque es ahí, en ese lugar incomodo i endemoniado, donde podemos hallar el fruto de la tierra que nos permitirá repensarnos i redefinirnos desde una totalidad que nos completara.