domingo, 10 de febrero de 2008

camino a Tocaña

Estamos en Tocaña en casa del “Pulga”, atrás quedaron las lluvias constantes de Coroico. Los dos pueblitos están realmente muy cerca, solo que están en montañas distintitas. Los separan tres horas de camino bastante complicado, y más aun a causa de la lluvia, y más aun, si para acortar tiempo cortas camino…
Salimos ocho y media de Coroico; apenas treinta minutos de camino nos encontramos con que el camino estaba cortado a causa de un derrumbe. Más de diez autos esperaban mientras ocho o nueve trabajadores hacían lo posible para que el transito continué. Nosotros pantalones arremangados y zapatillas en mano pasamos sin grandes dificultades, ante algunos chistes no comprendidos del todo. Habrán sido unos treinta metros de caminata entre el barro.
No era mucho lo avanzado cuando un taxi, sin duda queriendo llevarnos, nos dijo que quedaba lejos pero que había un atajo. Mal hicimos en hacerle caso. Se ahorraba mucho camino, pero el camino era casi imposible para hacerlo con la mochila-biblioteca mía y la de Juan que pesaba otro tanto. La bajada era muy empinada, y en los lugares donde no había piedras y había tierra-barro gredosa era imposible hacer pie, era un jabón. Juan se cayo una sola vez el hijo de mil, yo unas veinte. A la primera, nomás, me corte el dedo con un yuyo y se me rajo un pedazo el pantalón. Con las sucesivas caídas el agujero se hizo de unos 30cm. Así que, todo aquel con el que me cruce pudo ver mis vergüenzas, que en realidad eran solo un calzoncillo rojo.
El camino dejo de ser peligroso cuando descendimos hasta el rió Coroico, creo que se llamaba; aunque de ahí solo fue subir unos tres kilómetros hasta Tocaña.
Les juro que prefiero ir caminando de Villalonga a Stroeder antes de hacer este trayecto de nuevo con los 32kl de mis dos mochilas amenazando con asesinar a mi espalda, y dos ampollas, una en cada pie acompañándome casi todo el camino.
Por suerte del cartel que decía: “Bienvenido a Tocaña” hasta la casa del “Pulga” quedaban solo 20m. A las doce y media estuvimos ahí. Destruidos.
Menos mal que no vino el gordo del Mati. Se nos moría…

Es la tarde, ni idea la hora, ya estamos instalados acá. El lugar es hermoso y la gente más. El Pulga se fue a trabajar, y nos dejo en compañía de Fabricio, un nene afro-boliviano que queda acá cuando sus padres se van a trabajar a los cocales y maizales.
¿Ya dije que Tocaña es una comunidad, de unos 150 habitantes, afro-boliviana?...
Hace un rato se largo a llover y Julio, que estaba laburando en los cocales de enfrente, a unos 300m, se vino al reparo del alero de la casa del Pulga. Charlamos un rato con este hombre de unos cuarenta años… convido coca, convidamos mate.

El lugar es más que agradable.
El Pulga es un antropólogo que vino a trabajar a esta comunidad y termino asentándose. Tiene una biblioteca interesante, y un libro editado sobre la coca y la comunidad. Aun no chusmee bien… ya lo haré.
Viernes 25-01-08

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola. Googlé "Tocaña" y "Pulga" y apareció tu blog. Te agradecería que si tenés el e-mail del Pulga me lo pases. En realidad, con quien necesito contactarme es con Rolando, un conocido suyo. Mi e-mail es analibittar@hotmail.com
Muchas gracias,

Analía.