lunes, 11 de febrero de 2008

tranquilo y solo...

Desperté con el canto de un gallo, imagino que eran seis y media más o menos.
Anoche a las ocho ya estábamos en el sobre, Juan se durmió, yo estuve como cuatro horitas pa¨ dormirme, pensando en giladas. ¡Que pelotudo, no!
La puta… no ser uno de esos maestros Zen que pueden dejar a un lado estas cosas. Sospecho, que de forma análoga, los campesinos bolivianos poseen la misma capacidad, o algo que se le parece demasiado.

Toda esta realidad me entraba por una pequeña ventana, por la mañana, y yo sin saber que mierda hacer o dejar de hacer.

La bruma es muy espesa, ahora.
Solo falta un lago con una casa flotando en el medio, para ser “Primavera, verano, otoño, invierno… y, otra vez, primavera”; aunque, pensándolo bien, todo eso sobraría.

La comunidad es increíble. Según nos cuenta el Pulga es, de todas las del país, la que mas conserva sus tradiciones.
Sus ancestros fueron traídos, vía puerto de Buenos Aires, hasta Potosí para laburar en las minas o en la Casa de la Moneda; pero como tenían muchas dificultades paran adaptarse a la altura y al frió de esa ciudad, los trajeron hasta esta zona tropical para que cultiven coca, siempre necesaria para que los “indios” rindan más en las minas. Los marcaban como a ganado, según los dueños, y cuando cometían algún delito se los marcaba en el rostro. Esto fue a principio del siglo XVIII.
Los afro-bolivianos siempre estuvieron ligados al cultivo de coca.
Sus ancestros vinieron de Angola y Sudan. Los separaban, para que no quedara gente de la misma etnia, de ese modo les resultaría más difícil conservar sus tradiciones y resistirse a la imposición del cristianismo, siempre necesario para el dominio y la explotación.
Según el Pulga en los rasgos físicos se denuncia su país de origen.





Hace una media hora se fue Juan, así que estoy solo por unos días. El chabon no quería estar acá, quería ir a Sorata, y yo quedarme, así que nos dividimos, y nos encontraremos en La Paz.
Me quede sin maquina de foto. Tendré que afilar la pluma, aunque sé que estoy destinado a fracasar.
Estoy muy tranquilo, el Pulga se fue a Coroico. Me estoy reencontrando con la música, escuchando el cd de Hiro; y leyendo un libro sobre los Incas (“Estructuras andinas del poder. Ideología religión y política”, de Maria Restworowski de Diez Consejo), tema en el que estoy debutando.
Estuve leyendo el “Himalaya…”, creo que aun no estoy en condiciones de escribir algo… Voy a terminar el libro de la mina esta, y releer “Himnos a la noche”, y esperar que se mueva algo adentro. Lastima que no tengo el Poopol Bhu, pero bue… esta en buenas manos.

sabado 26-01-08

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