sábado, 2 de febrero de 2008

el lado norte de la isla

Estoy en el otro extremo de la isla, en una palyita hermosa. El agua es transparente, muy fría pero bue me metí igual.
Arriba a unos a unos cincuenta o sesenta metros en la montaña hay unas ruinas precolombinas hermosas. Se ve que nuestros antiguos eran muy brutos y retrasados para elegir un lugar como este…
No se el origen de estas ruinas. Sospecho que son aymará, ya que todos los habitantes de la isla lo son. Una comunidad te cobra un peaje o algo así de diez bolivianos. Estuve conversando con ellos, me contaron que hasta el cincuenta y seis la isla tenía dos patrones y que a ellos los tenían a “chicotazos”; eran esclavos. Con la reforma agraria cambio la cosa pero no tanto, recién ahora ellos son propietarios. Cada familia tiene pequeños lotes donde siembran y tienen su ganado.
Estos armaras diezmados están acá hace siglos.
Alguna de la gente con la que iba se resistió a pagarle tratándolos de ladrones, sentí un poco de vergüenza ajena por ellos. ¡Que les pasa!
Las ruinas son hermosas. No son otra cosa que paisaje. La vida en estos lugares es paisaje. Cada movimiento esta en armonía con él. Ellas están llenas de pequeñas habitaciones, muy laberintoso. Abarcan gran parte de la ladera, parecen descansar sobre ellas.
viernes 18-01-08

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