domingo, 3 de febrero de 2008

partiendo

Llegue a las nueve al hostal de la zona sur, para armar la mochila y salir enseguida a tomar el barco, que sale a las nueve para Copacabana.
A la cama de dos plaza, de la que tanto alarde, apenas la mire. Pero, les juro que me agrado más dormir en esa cama de cueros de ovejas y de llamas, y en tamaña compañía.
La Pacha (permítanme después de lo que pase tener fe en ella) me mostró este camino que ahora me completa de sobremanera.

Ahora estamos en la lancha, con los chicos, atrás quedo toda esa indescriptible magia de la isla…

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