lunes, 25 de febrero de 2008

presentación de nadeando

Por Guillermo Goicochea

Durmiendo en primavera no se advierte la aurora
en el lugar dulce se oyen cantos de pájaros
llega la noche, hay sonidos de viento y lluvia
cayeron flores, quién sabe cuantas.
Meng Hao-ren

¿Cómo se presenta un libro de poesía? ¿Cuándo se escribe un libro de poesía? ¿Cómo?
Lo del libro queda subsanado: se deja que hable él-mismo. Cuando y cómo son longitudes y modos que pretenden coagular un acontecimiento, y ponerlo de espaldas en una camilla de forense. La pregunta por el cuándo y el cómo no busca esta torpeza, pretende ir-más-allá y se empalma con la de Meng Hao-ren: ¿Cuántas flores cayeron esta noche de lluvia? ¿Quién las cuenta? ¿Quién se pregunta esto? ¿Quién escribe? ¿Quién habla?
En un mismo paisaje del habla la escena va apareciendo, sin necesidad, sin forzamientos “haciendo-nada”, nadeando: no hay manera de “nadear” que no sea complementario de habitar el justo medio, el inestable equilibrio dinámico del desequilibrio. (¿Será por eso los poetas siempre se me antojan como desequilibrados?)
Una vez uno, otra vez otro: y se encierra en seis palabras todo el taoísmo y el Zen; o como dice Buson:
Amo los dos ciruelos
uno florece
después, el otro.
“Sin-hacer-nada” o haciendo-nada uno empieza a habitar la zona de lo espontaneo, del orden natural, de lo no forzado, de la libertad, de los pequeños satoris y nirvanas criollos. Nadeando aparecen las coexistencias íntimas y sutiles que nos rodean y atraviesan a la vez, y que rara vez sentimos. Así se-hace la poesía, ahí espera, acecha desde la intemperie escribir-se. Y en el doble proceso del poieo, del hacerse, se hacen poeta y poesía, nadeando sin necesidades forzadas, haciendo-nada.
Entre dos respiraciones aparece un mundo, y ese instante sereno no se puede medir ni alcanzar salvo por su mismo hacerse, porque se-da a sí mismo como poema.
Nadeando se desequilibra en el borde mismo que une (mas que separa) un vaso con ansias místicas con un poeta chino, con Li Po el gran poeta del vino y el Tao. Ambos comparten (sin necesidad de salvar distancia alguna) su pasión por la poesía, el vino, la luna, los labios y dientes, y sobre todo: el nadear.
Uno dice:
En el borde de este vaso
no
caben
más labios.
El otro responde:
Un par de amigos beben, las flores de la montaña se abren
una copa, una copa, sigue otra copa.
Yo estoy borracho, me duermo y usted se tiene que ir.
Mañana, tengo una idea, tome su laúd y vuelva.

Para ambos: sabidurías que se tragan mejor acompañadas de vino, vasos rotos, o que no se dejan agarrar, intentos de beberse la luna a sorbos. Rojas soledades, dolores que no se van con el vomito. Silencios, palabras salpicadas que salen entre-dientes: Denken, ratio, logos; silencio... y nada... y vas nadeando por ahí. El devenir se mide por botellas vacías, por la nada que les apárese adentro; y la distancia por no comprender “a pesar de los vasos compartidos”.
Li Po invita a la luna a beber con él porque se siente solo, y ahí descubre que ya son tres para el vino: él, la luna y su sombra; y brinda por esto. Para el otro:
Hoy
la luna
salió llena
a pesar
de las botellas
que otras noches
arrojaste a su gemir.

Ahí
sobre la mesa de luz
te
dejo
vasos llenos
para que le hagan reparo
a tus esperanzas.

Uno se entreno en las artes taoístas, manejo con excelencia la espada y el pincel. El otro sufre algunos talleres de pensamiento oriental, y tiene faltas de ortografía.
Aquel viajó errante por todo China, tentado por todas las cortes, rechazo a todas, y fue considerado un “inmortal”. Este trayecta desde Villalonga a Bahía, y llega a Luro o Viedma, tentado por los bares que no rechaza.
Se dice que murió en una gran borrachera, ahogado en el Yangtze tratando de abrazar la luna. Puede que solo haya que cambiar el nombre al río para el nuestro.
Si el habla nos es dada, son los poetas los encargados de cuidarla y de hacerla hablar; porque (como dice un alemán) “lo permanente lo instauran los poetas” por la palabra y en la palabra, sin hacer nada, nadeando. Por eso la poesía puede soportar la experiencia humana, su historia, su cultura: porque la poesía no toma la palabra como material que ya existe, sino que es ella la que funda la posibilidad de la palabra. ¿Y para qué poetas? Pregunta este alemán: porque “son los sacerdotes sagrados del Dios del vino, que erraban de tierra en tierra, en la noche sagrada”. Yo prefiero esta respuesta: porque alguien, haciendo nada, nadeando puede decirnos que una noche de vino y lluvia en primavera, en algún lugar de China o Villalonga, cayeron unas flores ¿Cuántas? ¡Que importa!
Lo que sí importa, nos lo dice el Vasco:

Gritá, hasta que los dientes
se te hagan letras y los labios
te duelan en palabras.

Si no caben mas labios en tu vaso, o se te resbala en un no-agarrar inesperado y se hace pedazos junto a tus putas esperanzas, si la realidad anda con los pies descalzos entre esos vidrios, seguí nadeando con otro vaso en la mano. Seguí aunque después llores, vomites o te comas las uñas, pierdas los dientes y sangres gota a gota. Siempre busca porque acurrucadas detrás de los silencios se esconden las esperanzas.
Si el Cielo y la Tierra despreciaran el vino y la poesía, ni Li Po ni el Vasco podrían existir siquiera.
Si hay un camino a la santidad o a la inmortalidad a través del vino, y la leyenda sería cierta: ambos serian santos inmortales
Si la sabiduría no desconoce al vino, habrá que beberla.
Y si hay un modo de estar nadeando en el Tao, y esto se aleja de la sobriedad, bebamos, por la poesía, la luna, la sombra, Li Po y el Vasco que ahora... ahora son cuatro
Y como hay cosas que no se le revelan a los sobrios, brindemos por nuestro primer devoto de Dionisos en Villalonga.
¡SALUD!

7 comentarios:

Anónimo dijo...

si un dia el vasco dijera basta, se acabó, me mando a mudar, a la mierda con todo... ¿que sería del vino tinto?

www.chelocandia.blogspot.com

álvaro urrutia dijo...

jajaja... hay muchos hermanos en este camino confuso y danzante!!!
un gran abrazo Chelo

Chelo Candia dijo...
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
Explorando dijo...

...buenas palabras. ajustadas...

;)

...un saludo real...

Chelo Candia dijo...

ehhhhhh, un administrador eliminó una entrada, CENSURA, CENSURA, que no se diga que por la huella del diablo hay censura, me extraña, vasco... recuerdenme no postear nunca más! pr!

álvaro urrutia dijo...

chelo, lejos estuvo de ser una censura. sucede que no soi mui ducho en el manejo del blog. creo que era un comentario tuyo, algo sobre las converzaciones...
sepan disculpar.
¡por ahora no hai censura en este blog!
vasco

álvaro urrutia dijo...

chelo, lejos estuvo de ser una censura. sucede que no soi mui ducho en el manejo del blog. creo que era un comentario tuyo, algo sobre las converzaciones...
sepan disculpar.
¡por ahora no hai censura en este blog!
vasco